Toyota Palencia patrocina la primera edición del Campus de Fútbol Chuchi Jorqués. El proyecto, que esta mañana ha visitado Toñi Vállez, gerente de Toyota Palencia; está impulsado por el exfutbolista y actual entrenador del Club Deportivo Palencia Cristo Atlético que da nombre al campus. Y ofrece, en palabras del propio Chuchi Jorqués, un factor “diferencial” a los niños y jóvenes que participan en él: su metodología. Junto a su inseparable compañero Hugo Arroyo, un preparador físico con un currículum de excepción, han organizado un programa de actividades que combina perfectamente el entretenimiento con un formación futbolística de primer nivel que “puede ayudar a los niños en su día a día la próxima temporada”.
Un campus profesional para niños y jóvenes
“Hemos buscado el término medio entre que los niños se diviertan y disfruten, e inculcarles los máximos conceptos futbolísticos para que aprendan en esta semana y poderles ayudar a mejorar”. No hay mejor definición que la que hace Chuchi Jorqués de todo lo que están aprendiendo los chavales en el campus, que arrancó el lunes y se extenderá hasta el sábado. El actual entrenador del Club Deportivo Palencia Cristo Atlético reconoce que “en una semana es difícil que los niños adquieran todos los conceptos futbolísticos” que van a trabajar, “pero nosotros estamos convencidos de que los vamos a implementar”, asegura con ambición.
Esta profesionalización de un campus dirigido a niños y jóvenes se sustenta en una metodología perfectamente trabajada de forma previa, y funciona con una precisión quirúrgica gracias al “muchísimo trabajo y las muchas horas de esfuerzo” que hay detrás, explica el organizador. Todo está preparado al milímetro para que los participantes optimicen cada minuto, expriman al 100% y saquen el máximo rendimiento a la experiencia que están viviendo en el Campus Chuchi Jorqués.
Un día en el Campus Chuchi Jorqués
Un total de 39 niños perfectamente uniformados, divididos en cuatro grupos por edades, y dirigidos por entrenadores titulados empiezan la jornada a las 9 de la mañana en dos campos de hierba de fútbol 7. Antes, por supuesto, Chuchi Jorqués y Hugo Arroyo han preparado cada ejercicio del día y han dispuesto todo el material para que arranque un nuevo día en el campus. Los entrenadores tienen una charla de unos minutos con los futbolistas para explicar en qué va a consistir el entreno, y para comentar lo realizado el día anterior, de forma que escuchan y aprenden también de los comentarios de los niños. Hay un balón para cada chaval y cada grupo tiene su propio material, de forma que el entrenamiento se desarrolla sin pausas salvo las necesarias para hidratarse, aprovechando cada minuto para jugar, aprender y divertirse.
Esta cuidada organización, como subraya Chuchi Jorqués, es parte indispensable de su campus y del valor diferencial que ofrece: “Cada entrenador tiene que tener un número de niños adecuado para poder trabajar y estar pendiente de ellos. Si tengo un monitor con 20 niños, ya es imposible que sea algo de perfeccionamiento. Ya pasa a ser algo de entretenimiento”.
Un hombre “muy feliz”
La palabra que más repite Chuchi Jorqués al hablar de cómo están siendo estos primeros días de su campus es “feliz”. “Estoy feliz, muy feliz. Porque todo está saliendo fenomenal y sobre todo porque los niños y los padres están felices”. Es difícil resumirlo mejor y decirlo con un tono de voz impregnado con más alegría.
Y es que el camino para llegar hasta aquí no ha sido fácil. “La idea era haberlo hecho hace dos años”, detalla el exfutbolista, “pero se paró por la pandemia. Y el año pasado no pudimos hacerlo porque no disponíamos de las instalaciones que nos gustaban”, añade. Este punto es muy importante para Chuchi Jorqués, porque quiere que los participantes saquen todo el partido al campus, y para ello necesitaba unas instalaciones adecuadas como las del Parque Isla Dos Aguas que utilizan este año.
El apoyo de los patrocinadores
“Sólo puedo estar eternamente agradecido a todos los patrocinadores, a los que me han dado menos y a los que me han dado más, porque sin ellos no hubiera sido posible realizar este proyecto que tanta ilusión me hace”. Con un tono de sincera gratitud, el impulsor del campus agradece a todas las empresas e instituciones que, como Toyota Valladolid, apoyan este maravilloso proyecto, porque es perfectamente consciente de que después de la pandemia “ha habido muchos negocios que han sufrido, que han tenido sus apuros, que incluso se han quitado de lo suyo y de lo de su familia para dármelo. No es fácil encontrar patrocinadores como los que me han respaldado”, destaca con mucho cariño.
La diversión para el final
Todo el trabajo de tecnificación y perfeccionamiento que se desarrolla en el Campus Chuchi Jorqués se completa con la parte lúdica. Dos días los chavales terminan la jornada en las piscinas y otros dos en La Roca, donde realizan diferentes actividades en las que se divierten y comparten tiempo y muchas risas con el resto de participantes en el campus. Por último, el sábado se pondrá el colofón a esta primera edición del Campus Chuchi Jorqués con una merienda, un obsequio para cada niño y el sorteo de muchos regalos como varias camisetas de equipos de entre Tercera y Primera División, balones de distintos conjuntos profesionales, etcétera.
De cara al año que viene, Chuchi Jorqués asevera que “la idea es dar continuidad al proyecto”. La inversión en tiempo, esfuerzo, material, preparación y metodología que ha realizado junto a Hugo Arroyo se ha llevado a cabo para diseñar un campus que perviva en el tiempo. Y si bien contempla alguna pequeña variación, como ampliar ligeramente el número de participantes o extender su duración hasta las dos semanas, asegura con rotundidad que el año que viene habrá una segunda edición en la que podría haber nuevas sorpresas que, de momento, no quiere desvelar.
